-¡Acaso te has vuelto!- el grito de la Reina Ilira
fue absorbido por las gruesas paredes de los aposentos reales -¡Entregar a
nuestra dulce niña a un bárbaro del sur!-
-¡Cierra la boca mujer!- respondió el Rey colérico
-¡Piensa con la cabeza no con el corazón! El comercio en el norte está saturado
y el poco que hay es acaparado por Rothrimir. El matrimonio de nuestro hijo
Ronwan con Lady Kalimer mejoró un poco las cosas, pero aun así nos vemos
obligados a conformarnos con las migajas que nos dejan los otros grandes
señores. Hace tiempo que he empezado a poner mi mirada en el sur y ahora la oportunidad
se presenta como caída del cielo; no solo tendremos al Señor del Sur en deuda
con nosotros, sino que todo el gasto que demandaría reconstruir y mantener la
ruta comercial de Nagsur será hecho por los Enanos.- En ese momento el Rey estalló
en carcajadas- Los muy estúpidos trabajaran día y noche para nosotros solo por
algunos metales de poco valor y el simple placer de hacerlo. Con razón los
idiotas nunca han sobresalido como una gran raza en Nadglim.-
-Te olvidadas que el bárbaro con el que pretendes
casarla todavía no tiene una corona- replicó la Reina.
-Yo me encargaré de entregársela madre- intervino
Sir Ronwan que había estado presenciando la discusión de sus padres- Después de
todo, solo tendré que enfrentarme a un Rey loco cuyo ejercito debe estar
desmoralizado tras los años en que se vieron obligados a mantener un asedio ,
me las he visto peores. El problema en mi opinión es su hermana, quien también
tiene derechos sobre el trono.-
-Ciertamente su tuviera otro hijo, habría arreglado
un matrimonio con ella, pero ya la han visto en la reunión, es la típica chiquilla
inocente a la que el sentido del deber le pesa mucho mas que la ambición por el
poder. De cualquier manera Ronwan, no me enojaré si no sobrevive al viaje.-
expresó el Rey.
-No tenía pensado poner mucho ahínco en cuidar su
seguridad durante las batallas, pero me imagino que sus dos guardaespaldas no
van a permitir que nada malo le pase. De cualquier manera me imagino que su
primo no va a estar muy feliz con nosotros si al momento de liberarlo en lugar
de recibir un abrazo de su prima tiene que enterrar su cadáver.- habló Ronwan.
-Tienes razón en eso hijo- sentenció el Rey –Y ya
que mencionas a sus guardaespaldas, me interesa mucho el muchacho, Sachel creo
que se llamaba. Ya estoy cansado de tener que soportar la espina de los Elfos,
esa raza perimida, todavía viviendo libertinamente en mis dominios. Ese
muchacho puede ser la clave para librarme de ellos. Enviaré a Sir Argolath
contigo para intentar que se una al ejército de nuestro reino. Una vez que su
voluntad nos pertenezca veremos la forma de acabar con los Elfos de una vez por
todas.- expresó el Rey.
-¿Y que me dices de ese monstruo, ese Hadrag? ¿No
tienes temor acaso por tu único hijo? ¿Acaso su vida no vale más que una estúpida
alianza con un reino de pescadores?- Intervino la reina.
-¿No estas grande para creer en cuentos infantiles
mujer?- preguntó en tono burlón el Rey –Hastá ayer se hablaba que la causa del
ataque de los Orcos era Kramos, ahora se menciona el nombre de Hadrag, no son
más que patrañas de las viejas para intentar explicar lo que no pueden
comprender. Además, nuestro hijo sabe manejarse en situaciones de peligro, ya
lo ha demostrado en numerosas ocasiones y, como futuro heredero al trono, debe
empezar a ser reconocido por sus futuros súbditos como el valiente comandante
que es. El respetó no se hereda, se gana. De cualquier manera ya es demasiado
tarde. Hijo, retírate a tus habitaciones y descansa, mañana serás despedido con
todos los honores como el gran liberador de Kalad. ¡Por siglos los bardos
relataran tus hazañas!
-Trataré de estar a la altura de los honores que me
estas otorgando padre-agradeció Ronwan y acto seguido se retiro dejando a solas
a sus majestades para que se reconcilien de la manera en que desde los inicios
hombres y mujeres han aplacado los conflictos.
Ante nada quiero pedir disculpas por el retraso en la publicación de esta entrega. Anduve con mucho trabajo que me quemaba las neuronas. Además, la maldición del número 13 debió contribuir al bloqueo XD. Trataré de volver al ritmo semanal
ResponderEliminarSi no entiendo mal este rey quiere acabar con los sucios elfos, cuente conmigo mi rey!:P
ResponderEliminarEs correcto, al Rey le disgusta que los Elfos vivan en su Reino.
ResponderEliminarIgual acordate que es el mismo Rey que va a mandar a masacrar a tus queridos orcos que están ocupando la que va a ser su ruta comercial con Kalad.
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