sábado, 7 de enero de 2012

HISTORIAS DE NADGLIM: LA GUERRA DE LA CORONA BLANCA - CAPÍTULO 2

-¡Guardianes de la Hoja Plateada prepárense a partir!- grito Lothgrin. –Sachel, tú nos acompañarás, entrarás como mi protegido en Lifridon y conocerás a nuestro Rey.
-¿Podría ver a mi padre antes de partir?- preguntó Sachel con voz compungida. La ira que había sentido hasta hace un momento estaba desapareciendo dejando paso a la tristeza de haber perdido todo aquello que conocía y amaba.
-Creo que podemos permitirnos un pequeño desvió- dijo Lothgrin mirando a Sachel con compasión, él también había perdido a su padre casi doscientos años atrás a manos de un Señor Draconido. –Tu iras conmigo en mi corcel- Se trataba de un bello ejemplar descendiente de los primeros Señores de los Caballos, sus crines eran plateadas y tenía un porte noble.

Se dirigieron hacía el campo de batalla al sur de la aldea donde pudieron observar el resultado de la carnicería. Había cuerpos desparramados y mutilados por todo el lugar. Fue entonces cuando Sachel descubrió el cuerpo de su padre.

-¡Padre!- gritó Sachel, mientras las lágrimas que había logrado contener hasta el momento cayeron copiosamente por sus mejillas. Inmediatamente bajó del caballo y corrió a reunirse con el cadáver de su padre.

Al llegar notó que estaba rodeado por el cuerpo de tres orcos. Aún aferraba lo que quedaba de su espada en su mano derecha. Lothgrim se acercó lentamente a Sachel dejándole unos momentos para que elabore el duelo.

-Tu padre murió valientemente- dijo Lothgrim cerrando los ojos de Rubrincan con la mano. Luego tomó la espada partida de su mano. –Se nota que era un arma noble, ahora te pertenece Sachel, consérvala bien, los herreros de Lifridon harán de ella un arma aún más bella- continuó y le alcanzó la espada a Sachel. Este la enfundó con orgullo y cariño en su cinturón. – Ahora sube a mi caballo nuevamente, es hora de partir.

Emprendieron el largo camino al Oeste dirigiéndose al Bosque Encantado que ocultaba el Reino de Lifridon.

-Cuentame algo sobre las razas de Nadglim- pidió Sachel a Lothgrim.
Lothgrim accedió y empezó a hablar. –Existen cuatro razas primigenias que son las hijas de los cuatro dioses principales: Los Ángeles, hijos de Wingam, que habitan en el cielo; Los Tritones, hijos de Miros, que habitan en el mar; Los Draconidos, hijos de Falig, quienes fueron una raza noble hasta que El Maldito mató a su madre y los corrompió; y nosotros los Elfos, hijos de Nadiel, habitantes de los bosques y las praderas. Ustedes los Humanos son Ángeles que perdieron sus alas por revelarse a Wingam, aunque se trata de una historia larga que preferiría contarte con más calma. Muy parecidos a ustedes son los Atalantes, que así como ustedes descienden de los Ángeles, ellos son Tritones que abandonaron el mar. Se dice que habitan en una isla al Sudeste del continente. Finalmente están las razas nacidas de Dioses menores; de las que solo mencionaré a las dos mas numerosas, las bestias conocidos como Orcos quienes desde los inicios sirvieron a El Maldito; y los bastardos hijos de Koros, una raza sucia que habita en cuevas, a la que los humanos por desdén a su pequeño tamaño nombraron Enanos, nombre con el que aún se los conoce.

Sachel estaba fascinado por las historias de Lothgrim, pero el cansancio pronto lo venció y entró en el reino de Dromo, el Liminor del sueño.

Al amanecer llegaron al borde oriental del Bosque Encantado. Lothgrim despertó a Sachel.

-Es hora de levantarse Sachel, llegamos a los inicios del Reino de nuestro Señor Milifin, El Bosque Encantado- habló Lothgrim a Sachel mientras este se despertaba.
Sachel abrió los ojos y vio una basta cantidad de inmensos arboles que no pudo divisar donde acababan. – ¡Es enorme! – exclamó
-En efecto El Bosque Encantado se extiende por miles de kilómetros, aunque otrora fue aún mas grande- explicó Lothgrim con nostalgia en su vos – Además está protegido por encantamiento que haría que cualquier persona excepto nosotros vagué eternamente por el mismo sin jamás poder encontrar la salida. Siéntete afortunado eres uno de los pocos fuera de la raza Élfica que conocerá el bello reino de Lifridon y sé que tendré que dar explicaciones de ellos, pero tengo la certeza en mi corazón que tu participación será fundamental en los oscuros tiempos que se avecinan.

Luego de pronunciadas estas últimas palabras; Sachel, Lothgim y Los Guardianes de la Hoja Plateada entraron al Bosque Encantado. 

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Son una raza de mi mitología que me cae particularmente simpática. Ya los vas a ver en acción.

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