En el día de ayer fui a ver la
primer parte de la trilogía en la que se adaptó el libro de El Hobbit titulada
El Hobbit: Un Viaje Inesperado y creo que llegó el momento de dar mi opinión al
respecto. A diferencia de lo que ocurrió con El Señor de los Anillos, en donde
había visto la película antes de leer los libros, en esta oportunidad el libro
del Hobbit me lo había masticado ya en varias ocasiones, además que en lo
personal, me pareció mucho mejor libro que Señor de los Anillos, lo que me hizo entrar al cine
con una marcada predisposición (lo cual es muy bueno a la hora de ver una
película), aunque sin llegar a los exageradísimos niveles que suele tener mi
amigo Berto a la hora de ver cualquier adaptación.
Creo que la clave está en esa
última palabra “adaptación” o más específicamente en el “basado en”. Cuando se
toma una obra para adaptarla, quien realiza el trabajo es muy probable que quiera
tomarse “ciertas libertades” para tratar plasmar una parte de su ser en la
misma.
¿Qué pasó en esta ocasión? La
película inició con una escena espectacular pero completamente distinta al
libro, sin embargo, al terminar de verla, tengo que decir que tuvo perfecta
justificación en que, al contrario de Tolkien que escribió primero el Hobbit y
luego Señor de los Anillos, al haber seguido el camino inverso existía la
necesidad de “crear” un nexo entre ambas obras.
Después de esto comenzó la
historia de El Hobbit en sí. Sinceramente al principio quedé sorprendido por la
literalidad de la adaptación, era un calco del libro extrayendo incluso frases
enteras del mismo y las geniales canciones enanas. Esto duró hasta las
partes de los Trolls (si bien hubieron un par de escenas agregadas, no
estuvieron mal – de hecho una me pareció excelente- no se produjeron grandes
cambios). A partir de esa parte, la literalidad se fue literalmente (valga la
redundancia) al carajo y del libro solo quedaron las ideas, “las guidelines”, para encontrarnos con una historia contada de una manera completamente distinta.
Con muchas alteraciones significativas y dándole un perfil más épico que el que tenía la historia original.
Si bien en lo personal, el
producto final me gustó, (aunque no pude aislar completamente el hecho de haber
leído la obra original para analizar la película fuera de ese contexto), en mi
opinión los puristas van a putear y mucho.
Tengo que resaltar como aspectos
positivos, el genial aspecto visual potenciado por el High Frame Resolution 3D
con la que la vi (sinceramente impactante) y por el soberbio trabajo que se
hizo sobre el personaje de Thorin, Escudo de Roble (tanto del actor como de los
adaptadores). Tanto mis amigos, como los lectores habituales de mi Blog, saben
que no siento un amor particular por esa raza, pero este personaje en la
película me compró (cosa que no pasó en todo el libro o, para ser más específico, porque no es el Thorin del libro).
Puntaje Windirion 8/10.
También la vi ayer, y en muchos aspectos coincido contigo. La idea que tenemos de Thorin en el libro frente a la que se nos vende en la película es muy distinta.
ResponderEliminarPero hay que reconocer que la peli es divertida.
Claramente es muy divertida, pero para disfrutarla tenes que abstraerte del libro.
EliminarDe hecho ya me llegó la primera crítica destructiva de la película de uno de mis amigos fanáticos de Tolkien más rádicales